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¿Por qué todos odiamos a Peña Nieto?


Es insalvable la imagen del presidente. Enrique Peña Nieto representa la mayor conjunción de odios de los mexicanos. La polarización de las ideas, además, es mas extremista en países donde prevalecen la ignorancia y los fanatismos.

Por ejemplo, hay en ocasiones verdadero odio entre fanáticos de distintos equipos de fútbol y la reivindicación de figuras históricas o la desmitificación de otras se discute con sentimiento y efervescencia y no con argumentos y análisis duros.

Si México es un país donde el fanatismo y el rechazo a la cultura son las constantes, con más razón el odio se disemina como un virus.

Enrique Peña Nieto sí representa lo peor de nuestro sistema político mexicano. El político sí abandera a un grupo con la intención única de hacer negocios con los bienes del país. Sí es un hombre con una grave estela de corrupción, o al menos de muy presuntos actos de ilegalidad y, sobre todo, es un personaje con una ausencia de cultura tan impactante que parece que nunca obtuvo conocimientos básicos de primaria.

Pero no es el único mexicano inculto, o corrupto, o telegénico, o priista de rancio abolengo. De hecho, muchas otras personas tienen algunas de estas características y, además de que lo presumen en redes sociales, tienen fanáticos que comparten, comentan y defienden sus estados en las redes sociales.

¿Entonces porque Peña Nieto es el único que acumula tanto odio?

Varias veces, en Twitter o Facebook principalmente, han sido compartidas distintas ilustraciones en las que se sugiere el asesinato de Peña Nieto. ¡Vaya nivel de odio!

Cosa curiosa. Los principales motivos de burla radican en señalar que el presidente es inculto e ignorante. Las bromas sobre su incapacidad para nombrar tres libros que hubiera leído, la confusión que tiene de las capitales de país o de los años de los sucesos históricos de México, solo le hunden más en este calificativo.

Pero el mexicano promedio no lee más que cuatro libros al año y eso porque algunos de los lectores logramos inflar los números en el promedio. Hay mexicanos, no necesariamente de los sectores más humildes, que no han leído un libro en toda su vida.

Más aún, la gente que se burla del presidente en las redes sociales "skribe + o - azi" y todavía le pone "es un pendejaso" (ojalá sepas cuál es la falta de ortografía).

En un país de ignorantes y fanáticos, resulta curioso que el principal detonador del odio sea la ausencia de cultura de este político. Es como si cada uno de sus críticos escribiera ensayos respecto a ferias de libro, viajes de exploración geográfica por el país o al menos conociera un par de buenos novelistas.

No, la crítica no ocurre porque al mexicano promedio le duela su ausencia de cultura, sino porque quien crítica sus "pendejadas" lo hace de manera aspiracional. Muchos mexicanos acusan a Peña Nieto de ignorante para formar parte de la ola de "intelectuales" que se manifiestan contra la clase política y su yugo contra el ciudadano.

Desde taqueros y cargadores hasta algunos docentes y estudiantes de nivel medio o medio superior, consideran que la crítica fácil es un símbolo de intelectualidad. La burla de las calcetas del presidente es prueba de ello. Incluso aunque el mandatario se hubiese equivocado en la colocación de sus calcetas, el tema escaló en las redes sociales de los mexicanos.

Tal vez Peña Nieto causa tanto odio entre los mexicanos porque reúne todo lo peor de nuestra sociedad. Él por un lado representa al típico político de nuestros días: millonario, corrupto, con una esposa guapa y famosa, apadrinado por Televisa (otra marca en el que se concentra el odio de los mexicanos), cínico y propenso al bullying por su incapacidad para hablar en inglés y de cualquier tema de la amplia cultura.

Pero también Peña Nieto es muy odiado porque los mexicanos ven con simplicidad la compleja realidad política y social del país. Es más fácil ofender a un personaje político para endilgarle todos los problemas cercanos que tratar de analizar al complicado país que tenemos.

La ofensa fácil es una catarsis que al mismo tiempo revela la ignorancia de los intolerantes. Muchos de los críticos del presidente creen que con decir o escribir "el presidente es un pendejo, mira cómo está la economía" entienden la realidad nacional.

Nada más falso. Comprender cómo las variables macroeconómicas y los tratados internacionales afectan al ciudadano de a pie, tras el movimiento de cientos de piezas de engranaje, implica conocimientos profundos de la complicada situación bursátil o financiera. Muchos de los que señalan que este o aquel político "es un pendejo" generalmente son repetidores de información.

El odio que causa Peña Nieto se debe a él mismo, es decir, a conjuntar todo lo que el mexicano puede insultar, pero ese odio es tan virulento en el país debido a la ignorancia del pueblo mexicano. Una sociedad que ve en blanco o negro cualquier acto del poder sin tratar de descubrir los complejos matices de cualquier coyuntura.

El problema más grave es que la sociedad mexicana se está convirtiendo en una sociedad de odio. La prueba de ello son las redes sociales donde las opiniones que disienten o contrastan son atacadas con ofensas mayúsculas.

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