La seguridad como moneda de cambio político: el caso Cuautlancingo
Retórica
Alberto Rocha Vázquez
La seguridad como moneda de cambio político: el caso Cuautlancingo
La violencia que sacude a Cuautlancingo en las últimas semanas, con cuerpos “emplayados”, abandonados en calles del municipio, no es producto del azar ni del crimen aislado.
Detrás de estos hechos se entreteje, una perversa estrategia que tiene nombre, origen y objetivos políticos claros.
En el interior del gobierno cuautlancinga está Emanuel Cortés Farfán, actual Secretario de Gobernación municipal, quien es ajeno a la realidad de Cuautlancingo, puesto que proviene de San Martín Texmelucan, quien fue impuesto como parte de un acuerdo político encabezado por el hoy senador Nacho Mier.
Su presencia no solo representa una desconexión con las necesidades del municipio, sino que ha sido señalado por su papel en el presunto cobro de moches y la desarticulación de decisiones urgentes.
Mientras tanto, enfrente tienen en contra a Luis Flores Fierros, Secretario de Seguridad Pública de San Andrés Cholula, municipio vecino de Cuautlancingo y donde este funcionario -ya señalado por sus antecedentes que lo vinculan a García Luna- es el operador directo de Guadalupe Cuautle Torres, misma que -todo indica- parece beneficiarse del caos.
Las estrategias de represión y desinformación que han ensayado en San Andrés, ahora resulta que se extienden a los municipios vecinos, ¿será para buscar desestabilizar gobiernos ajenos y desviar la atención de los problemas de narcomenudeo que crecen en su propio territorio?
No es casual que la propia Guadalupe Cuautle haya declarado que “el peligro está en los municipios vecinos”, refiriéndose a Cuautlancingo. La frase no es solo desafortunada, sino un clarísimo síntoma de cómo, desde San Andrés -al parecer- se pretende construir un clima de miedo, para distraer el fracaso institucional propio y debilitar a gobiernos emergentes como el de Omar Muñoz.
Detrás de esta estrategia está Sosa, asesor político de Cuautle Torres, conocido por operar campañas de desprestigio. Su táctica es clara: golpear donde más duele —la seguridad— para generar percepción de ingobernabilidad.
En ese contexto, Omar Muñoz, un joven con visión pero con nula experiencia, enfrenta así no solo la violencia del crimen organizado, sino la violencia política disfrazada de estrategia de seguridad.
Así es que tiene enfrente, el reto de romper con esta inercia, de consolidar un gobierno propio, con identidad y con visión, y de rodearse de perfiles con arraigo, conocimiento y compromiso real con Cuautlancingo.
Porque el verdadero peligro no está en los municipios vecinos, está en quienes lucran con el miedo y utilizan la seguridad pública como arma política.
Es menester señalar, que en el gobierno de Omar Muñoz se encuentran muchos otros funcionarios foraneos, que desconocen por completo el municipio y a su gente, como en la secretarías de administración y otras áreas importantes, pero ese tema lo dejaremos para otra entrega.
Por cierto, se dice que la mano del ex edil Filomeno Sarmiento, también está meciendo la cuna.
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