Distinguen a la BUAP por su Licenciatura en Gestión Territorial e Identidad Biocultural
Su impacto en jóvenes de comunidades originarias fue destacada por las universidades Veracruzana, Nacional Autónoma de México y Bath, de Reino Unido.
A través de
la Licenciatura en Gestión Territorial e Identidad Biocultural, con sede en
Cuetzalan, la BUAP ha sido reconocida por las universidades Veracruzana,
Nacional Autónoma de México y Bath, de Reino Unido, por su aportación e impacto
en la vida de estudiantes de pueblos originarios, quienes con un sistema
multidisciplinar se profesionalizan y reintegran a sus territorios para abordar
los problemas de sus comunidades desde una perspectiva científica y un diálogo
de saberes que fortalece su arraigo a la región.
El
coordinador de la licenciatura, Luis Enrique Fernández Lomelín, indicó que este
reconocimiento deriva del proyecto “Sendas y trayectorias indígenas en la
educación superior”, que financió UKRI ESRC Research Grants, del Consejo de
Investigaciones Económicas y Sociales del Reino Unido, realizado de forma
conjunta por las universidades citadas.
Su propósito
fue analizar el papel que desempeña la educación superior en los pueblos
originarios, enfocándose en cómo impacta en las experiencias y habilidades
desarrolladas por el alumnado indígena en diferentes dimensiones sociales.
Además, que los resultados influyan en políticas públicas de educación
superior, con el fin de incluir a los pueblos originarios, los cuales comparten
históricamente la discriminación social, étnica y racial, además de la
marginación económica.
Trabajo
interdisciplinario y saberes locales
Ante las
preguntas de cómo influyen las universidades públicas en los pueblos
originarios, cuáles son las experiencias de los jóvenes indígenas, qué tanto se
atienden sus actividades y saberes, cómo se incorporan o no a la vida
profesional y si existen programas específicos para este sector, los titulares
del proyecto se dieron a la tarea de entrevistar a las y los alumnos de 17
universidades del país, algunas interculturales.
En el caso de
la BUAP, una vez recabadas las opiniones de la comunidad estudiantil de la sede
de Cuetzalan, se determinó la aportación y el impacto de este programa
educativo en la región.
“Les llamó
mucho la atención nuestra licenciatura, porque las y los egresados valoraron
las discusiones que tuvieron en su lengua materna en los salones de clase, las
salidas para el trabajo de campo y las relaciones con otros pueblos, como
mayas, zapotecos, chinantecos o purépechas, con quienes construyen diálogos
horizontales, de pueblo a pueblo, lo que les permitió aprender a través del
intercambio cultural y de conocimiento”, subrayó el doctor Luis Enrique
Fernández.
También
destacaron el papel del docente, porque su función es más de acompañamiento en
el proceso de aprendizaje, a través de la construcción de soluciones dentro de
un programa educativo que considera los problemas locales, con la cercanía a
las realidades que viven.
“Una de las
grandes demandas que tienen estas comunidades cuando entran a las universidades
es la inclusión, porque se sienten excluidos, desde la manera de hablar, la
vestimenta y la forma de pensar, lo que afecta la apreciación de su identidad.
Por eso, la riqueza de la licenciatura que ofrecemos es que rescatamos todas
estas inquietudes y las vinculados a los conocimientos científicos”.
Esta
formación identitaria es relevante porque al concluir su carrera los y las
alumnas se incorporan nuevamente a su comunidad como mujeres y hombres
indígenas, pero también como profesionistas defensores de los valores que le
dan sentido a su comunidad; es decir, entrelazan los pensamientos urbanos,
occidentales y rurales. Lo anterior, de acuerdo con los resultados de la
investigación, les permite trazar una mejora en sus posibilidades de existencia
con sus familias, además de brindarles ingresos ya que profesionalizan sus
actividades.
“Cuando los
investigadores dan cuenta de estas ventajas y además las contrastan con otras
universidades, incluidas las interculturales que hay en el estado, se destacó
que valoramos con mayor fuerza el trabajo interdisciplinario y los saberes
locales”.
Sistema
modular, único en la BUAP
La
Licenciatura en Gestión Territorial e Identidad Biocultural se fundó en 2018 y
a la fecha hay egresados titulados; el 70 por ciento de su matrícula son
mujeres.
Fernández
Lomelín destacó que este plan de estudio fue creado a partir de los problemas
identificados en el territorio. Fue entonces cuando en el diseño se optó por un
sistema modular, único en toda la universidad, el cual considera 16 módulos que
atienden 16 problemáticas del entorno. Cada sección dura nueve semanas (son
módulos por cada semestre) y van acompañados de talleres y actividades
optativas.
Asimismo,
cada nueve semanas se programa una salida de campo a distintas comunidades
donde hay proyectos en los que pueden participar y aprender de la práctica.
Posteriormente desarrollan su propia propuesta de investigación para atender
las problemáticas de su comunidad.
El
coordinador aseguró que los egresados adquieren una gran capacidad para
gestionar e intervenir, pero lo más importante es que se refuerza la convicción
de reintegrarse a las propias dinámicas de su entorno o territorios, lo que
permite abatir la migración de jóvenes.
“Tienen una
carga disciplinar importante, pero se hace a partir de la ejecución de
proyectos. Cada problemática pone énfasis en determinadas disciplinas y se abordan
temas como energía, termodinámica, procesos productivos, soberanía alimentaria
y organización social, entre otros. El perfil de egreso está muy ligado a la
buena vida que pretenden tener, pero dentro de sus comunidades”.
Para lograr
las metas académicas, la Licenciatura en Gestión Territorial e Identidad
Biocultural cuenta con una planta docente integrada por profesores de distintas
especialidades, que incluyen clases y talleres de discusión en lenguas
maternas, además se invitan a investigadores de primer nivel, quienes imparten
cátedras y les dedican una semana a las y los estudiantes para compartir
conocimientos y abrir canales de colaboración entre ellos mismos y con los
habitantes de este municipio.
Finalmente, el coordinador invitó a los jóvenes originarios de Cuetzalan y de otros municipios del estado a integrarse a esta opción profesional, en un entorno de Pueblo Mágico, en la que se fomentan los saberes y valores que contribuyen al arraigo y revalorización cultural.
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