Cómo luchar contra la depresión, lo explica un académico de la UDLAP
Cholula, Puebla.- Pese a existir ayuda preventiva, medicamentos y profesionales de la salud mental, será prácticamente imposible el erradicar la depresión de la humanidad, el por qué lo explica el Dr. Juan Antonio González Puente, catedrático de Psicología de la Universidad de las Américas Puebla (UDLAP).
“La depresión
es un trastorno con un registro muy antiguo, ha acompañado el recorrido
histórico de la humanidad” y estará presente por más tiempo, así lo declaró el
Dr. González Puente a propósito del Día Mundial de Lucha contra la Depresión.
Esto por los múltiples factores que la detonan de forma global (depresiones
económicas, guerras, desastres naturales, situaciones de emergencias
sanitarias) y personal (exposición a situaciones estresantes, enfermedades
preexistentes, desempleo, rupturas sentimentales, problemas económicos,
presiones sociales, antecedentes personales o familiares, pérdida o enfermedad
de un ser querido, alumbramiento entre otras).
Esta
enfermedad aqueja a cualquier ser humano, sin importar edad, raza, nivel
socioeconómico, educativo o cultural; de esta forma ha afectado a más de 350
millones de personas, acorde a la Organización Mundial de la Salud (OMS). Sin
embargo, los síntomas se reflejan de diversa forma en niños, adolescentes,
jóvenes, adultos de mediana edad y mayores, desde la ansiedad, malhumor,
enfermedades falsas, negación a salir de casa, preocupación a ciertas
situaciones negativas, frustración, intranquilidad, problemas de escuela, baja
autoestima, trastornos de la alimentación, déficit de atención, somnolencia
excesiva, mayor apetito, diarrea o estreñimiento. En casos más severos se llega
al consumo de drogas, fobia social, pánico, pensamientos de autolesión o
atentar contra su propia vida, estimándose que el 80% de los suicidios
perpetuados presentaron previo un cuadro depresivo, según la información del
catedrático de la UDLAP.
Un apunte del
Dr. Juan Antonio González es que las mujeres tienden a presentar más cuadros de
depresión a comparación de los varones, tal vez por factores hormonales,
biológicos y/o su ciclo de vida. Incluso la OMS compara los casos entre ambos
géneros: 5,1% de féminas y 3,6% de hombres.
Ante el
cuestionamiento de cuánto pudiera durar una persona deprimida, el catedrático
del Departamento de Psicología de la UDLAP presentó información de casos de dos
semanas; en distimia (trastorno depresivo persistente) al menos durante 2 años,
hay a quienes les aparece y desaparece con las estaciones del año; o en fases
graves, una persona puede tener síntomas de psicosis por años. Referente a su
detección, el experto exteriorizó una variedad de pruebas psicológicas a
emplearse (escala de depresión de Hamilton, inventario de depresión de Beck,
escala de depresión geriátrica), sin embargo, el diagnóstico debe estar
ratificado por un profesional en salud mental. “El desarrollo de la depresión
se presenta de manera paulatina y gradual, en un principio puede como
confundirse con cambios habituales del estado de ánimo, sin embargo, su
persistencia y gravedad de síntomas darán evidencia de un problema de salud
importante”, añadió el Dr. González Puente.
Para concluir
su intervención, el profesor de tiempo completo de la UDLAP informó la
existencia de distintos tratamientos para la depresión, desde medicamentos como
antidepresivos (a los cuales pidió paciencia para surtir efecto, pues puede
variar entre 4 a 8 semanas con resultados paulatinos); terapias de estimulación
cerebral; o psicoterapias de la mano de profesionales de la salud mental,
quienes están altamente preparados para llevar casos y dar soluciones gracias a
su aprendizaje a través de planes de estudio como el de Psicología Clínica que
se imparte en la Universidad de las Américas Puebla.
Aunado a ello acotó las actividades que pueden ayudar a las personas con depresión: alentarlos a realizar alguna actividad física, mantener rutinas de sueño, de tomar sus medicamentos, de alimentarse saludablemente, acompañarlos a sus citas médicas, ayudarlos a interactuar con otras personas, reconocer sus alcances y limitaciones, evitar el consumo de sustancias nocivas, pero sobre todo dar apoyo, comprensión, ánimo y tener mucha paciencia.
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