¿Vestigios humanos de 30 mil años en Tehuacán?
SIN LÍMITES
¿Vestigios
humanos de 30 mil años en Tehuacán?
Una nueva
investigación abre esa posibilidad
Por Raúl
Torres Salmerón
Un inesperado
descubrimiento de un investigador de la Universidad Estatal de Iowa sugiere que
los primeros humanos pudieron haber llegado a América del Norte hace más de 30
mil años, casi 20 mil años antes de lo que se pensaba hasta ahora.
De acuerdo a
Andrew Somerville, autor principal de un estudio publicado en junio de 2021, en
la revista Latin American Antiquity, realizaron el descubrimiento mientras
estudiaban los orígenes de la agricultura en el Valle de Tehuacán, Puebla,
México.
Como parte
del trabajo, querían establecer una fecha para la ocupación humana más temprana
de la cueva de Coxcatlán en dicho Valle, por lo que obtuvieron fechas de
radiocarbono para varios huesos de conejo y venado que se recolectaron de la
cueva en la década de 1960 como parte del Proyecto Arqueológico-Botánico de
Tehuacán.
El resultado
de la fecha de los huesos, totalmente inesperado, hizo que Somerville y sus
colegas cambiaran de golpe el objeto de su investigación, reportó el diario
español ABC, pues el rango de antigüedad para las muestras de hueso se situó
entre hace 33 mil 448 y 28 mil 279 años.
Somerville
asegura que no esperaba encontrar una edad tan avanzada. Los hallazgos entran
de lleno en el viejo debate de la teoría de que el continente americano no
conoció la presencia del hombre hasta que los primeros humanos cruzaron el
puente terrestre de Bering hacia las Américas hace unos 13 mil años.
No estábamos
tratando de entrar en este debate, asegura Somerville, ni siquiera de encontrar
muestras realmente antiguas. Queríamos ubicar un estudio agrícola con una línea
de tiempo más firme. Fue sorprendente encontrar esos restos con fechas tan
antiguas en el fondo de la cueva y eso significa que debemos observar más de
cerca los artefactos recuperados de esos niveles.
Según el
investigador, los hallazgos permitirán una mejor comprensión de la cronología
de la región. Los estudios anteriores se basaron en muestras de carbón y
plantas. Para Somerville los huesos de animales son un material mucho mejor
para saber su edad.
Sin embargo,
aún quedan preguntas y la más importante es si existe un vínculo humano con
esos huesos y si tienen muestras de haber sido manipulados por el hombre. Para
resolver la cuestión, los investigadores planean estudiar a fondo los huesos de
conejo y venado en busca de marcas de corte que indiquen que fueron hechos o
golpeados por alguna herramienta humana.
También
buscarán alteraciones térmicas que sugieran que los huesos se hervían o se
asaban al fuego pues según Somerville, las posibles herramientas de piedra de
los primeros niveles de la cueva también pueden dar pistas.
Determinar si
los artefactos de piedra eran productos de fabricación humana o si eran
simplemente piedras astilladas de forma natural sería una forma de llegar al
fondo de la cuestión, sostiene el experto.
Si podemos
encontrar pruebas sólidas de que los seres humanos de hecho fabricaron y
utilizaron estas herramientas, será otra forma de avanzar.
HISTORIA DEL
DESCUBRIMIENTO
El
descubrimiento fue inesperado, porque el proceso de rastrear los huesos de los
animales para tomar muestras fue arduo. La colección de muestras del Proyecto
Arqueológico-Botánico de Tehuacán de la década de 1960, se distribuyó a diferentes museos y
laboratorios en México y Estados Unidos. No estaba nada claro dónde se enviaron
los huesos de los animales.
Después de un
año de correos electrónicos y llamadas, Somerville y su colaboradora Isabel
Casar, de la Universidad Nacional Autónoma de México, tuvieron un golpe de
suerte con un laboratorio en la Ciudad de México.
El Director
del Laboratorio, Joaquín Arroyo-Cabrales, aceptó ayudar a Somerville y Casar a
buscar la colección perdida. Entre las
innumerables cajas de artefactos, finalmente los encontraron.
Una vez
localizados los huesos, Somerville obtuvo permiso del Gobierno de México para
tomar pequeñas muestras de 17 huesos diferentes que eran de ocho conejos y
nueve ciervos, para fijar la fecha por radiocarbono.
Si un examen
más detenido prueba que fueron manipulados por humanos, el investigador asegura
que cambiará lo que sabemos sobre el momento y cómo llegaron las primeras
personas al continente americano.
Retroceder la
llegada de los humanos a América del Norte hace más de 30 mil años concluye
Somerville, significaría que nuestros antepasados ya estaban allí antes del
período del Último Máximo Glacial, cuando la Edad de Hielo estaba en su peor
momento.
Gran parte de
América del Norte habría sido inhóspita para las poblaciones humanas. Los
glaciares habrían bloqueado por completo cualquier paso por tierra procedente
de Alaska y Canadá, lo que significa que la gente probablemente habría tenido
que llegar a las Américas en barcos por la costa del Pacífico.
Nuevamente
Tehuacán, como en el caso de maíz, podría pasar nuevamente a la historia
universal.
En fin, como
escribió Vicente Huidobro (Chile, 1893-1948) en La Poesía es un Atentado
Celeste:
Ando en viaje
dando un poco de mi vida
a ciertos
árboles y a ciertas piedras,
que me han
esperado muchos años,
se cansaron
de esperarme y se sentaron .
Estoy ausente
y estoy presente en estado de espera.
Ellos
querrían mi lenguaje para expresarse
y yo querría
el de ellos para expresarlos.
He aquí el
equívoco el atroz equívoco.
raultorress@hotmail.com
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