Funcionarios deben rendir cuentas a ciudadanía, no a sus partidos: Martha Tagle
Por primera vez, los diputados federales tendrán la oportunidad de reelegirse. Este proceso se verá marcado por la voluntad de las dirigencias partidistas, no de los votantes.
De 300
representantes que solicitaron la reelección, cerca de 170 llegarán a las
boletas.
Las presentes
campañas electorales ─las más grandes en la historia de México─ se verán
marcadas por la paridad, el nacimiento de tres partidos, la emergencia
sanitaria y la violencia política. A este panorama se suma la reelección
legislativa, misma que llegó bajo la promesa de mantener un equilibro en los
poderes, pero en su lugar ha consolidado un mecanismo de discrecionalidad desde
las cúpulas partidistas.
El imaginario
colectivo mexicano rechaza categóricamente la elección consecutiva, pues ha
sido señalada como figura antidemocrática desde tiempos de la Revolución. Bajo
la máxima “sufragio efectivo, no reelección” se ha abrazado la idea de que,
para no permitir los excesos del pasado, es fundamental que los actores
políticos cumplan un ciclo único de poder.
Fue en 1917
cuando el Partido Nacional Revolucionario (PNR) impidió de manera definitiva la
reelección presidencial; posteriormente se extendió a los legisladores
federales y 1930 la restricción ya era efectiva a nivel local. Aunque
formalmente no ha habido procesos de reelección, sí han existido liderazgos
políticos regionales que definen el caminar de los candidatos subsecuentes.
Como explicó
la diputada Martha Tagle Martínez para la Comunidad IBERO Puebla, en 2014 se
realizó una reforma política promovida por la Asamblea Nacional Ciudadana.
Entre otras cosas, dicho mecanismo cambió el estatus del Instituto Federal
Electoral (IFE) a uno nacional para contar con un organismo único encargado de
todos los procesos electorales del país y para contrarrestar el poder de los
cacicazgos.
Los
fundamentos para la discusión de la reelección dentro de esta reforma tenían
que ver con la profesionalización de las cámaras en materia parlamentaria, la
continuidad de proyectos de mediano y largo plazo y el ejercicio de rendición
de cuentas al término de cada legislatura. “Si bien no había elecciones
consecutivas, sí teníamos un fenómeno de legisladores que iban de una cámara a
otra; seguían siendo los mismos personajes”.
La
funcionaria de Movimiento Ciudadano explicó que los partidos políticos han
puesto condiciones específicas a su beneficio a las diferentes iniciativas
ciudadanas aprobadas en el Congreso. Tal es el caso de las regulaciones
dispares de candidatos independientes, los principios para la revocación de
mandato y las consultas populares.
En cuanto a
la elección consecutiva, esta depende en primera instancia de los partidos, no
de la ciudadanía: son los líderes partidarios y los organismos parlamentarios
quienes deben aprobar la reelección antes de que el funcionario aparezca en las
boletas. Esto, señaló la diputada, obliga a que el legislador mantenga una
buena relación con los líderes de su partido.
“Estos temas tienen el mismo problema de origen: el papel central que han jugado los partidos políticos, su crisis de representación y cómo hacer que se ciudadanice la política”: Martha Tagle.
Bajo una
normativa regulatoria adecuada, la reelección puede convertirse en el ejercicio
de rendición de cuentas que exigió la asamblea ciudadana hace casi una década.
Para ello, Tagle Martínez señaló la necesidad de discutir sobre la crisis de
representación política: “ninguno de los partidos ha cumplido con las
exigencias de la ciudadanía. Tendría que haber un ejercicio de análisis para
ver qué están haciendo”.
Otra
conversación pendiente gira en torno a la democratización de la vida interna de
los partidos, asunto que se ve marcado por el cambio de colores por parte de
actores de alto rango, así como el camino hacia el Congreso deseado donde se
aborden las múltiples agendas de funcionarios y representados: “todos los temas
que traemos están atorados. Por cómo están definidas las cosas, solo la Junta
de Coordinación Política decide qué se discute”.
Martha Tagle
insistió en que la idea de quienes promovieron la reelección no coincide con lo
que se tiene actualmente, pues ha sido utilizado como un sistema de clientela
electoral promovido por los partidos. A este mecanismo, agregó, deberían
sumarse otros igualmente tergiversados como el parlamento abierto y los
informes legislativos.
De igual
manera, criticó las ventajas económicas y comunicacionales de los funcionarios
con licencia con respecto a los candidatos de primera aspiración, fenómeno que
ha tenido impactos en el quehacer legislativo de cara al final del periodo
ordinario de la legislatura. “Veo un Congreso que ya tiene la mira en la siguiente
legislatura, como si esta ya no existiera. Eso hace que el trabajo legislativo
se postergue”.
Volver a ver la exposición de Martha Tagle: https://www.youtube.com/watch?v=7HFHiz38KJY
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