FCE-BUAP diseña sistema electrónico para monitoreo y control de biodigestor
El sistema es único en el país, tiene una interfaz amigable con el usuario e incluye un software para traducir señales en información procesable por computadora.
Investigadores
de la Facultad de Ciencias de la Electrónica (FCE) diseñaron un sistema único
en el país, capaz de monitorear y controlar las diferentes funciones de un
biodigestor, así como mandar señales para su posterior interpretación y
análisis.
Los
biodigestores son una tecnología apta para disminuir la contaminación de los
residuos orgánicos y generar energía renovable que evite que el gas metano de
los residuos se desperdicie y contamine la atmósfera, generando calentamiento
global; sin embargo, si los biodigestores no operan de forma óptima podrían
producir pérdidas monetarias y causar más polución, señaló el doctor Ricardo
Vázquez Perales, quien ha desarrollado este proyecto en equipo con el doctor
Luis Armando Moreno Coria y la ingeniera Gabriela O. Gastelum Fernández.
El problema
-agregó- es que muchos de estos aparatos no cuentan con un monitoreo de las
variables críticas para un buen funcionamiento, por ejemplo, sobre la
proporción idónea de desechos orgánicos que entran, de modo que cuando la
cantidad no es adecuada la mezcla se torna ácida o alcalina, lo que provoca que
los procesos anaerobios se inhiban o que se generen otros gases indeseados.
Tener una
visualización y registro de las funciones del proceso interno permite tomar
decisiones oportunas en cuanto a la operación del biodigestor; por ello, el
propósito de este proyecto es monitorear, mediante dispositivos electrónicos e
instrumentación adecuada, tanto la fase líquida, como la gaseosa, dentro del
biorreactor.
Hemos colocado sensores que miden distintos parámetros, como la temperatura, la acidez, la presión del gas, el contenido de metano, dióxido de carbono, ácido sulfhídrico y humedad en la fase gaseosa.
Además, el
prototipo experimental cuenta con un sistema de agitación mecánica del sustrato
(mezcla orgánica), que también permitirá realizar distintas pruebas
experimentales.
Este sistema
electrónico es una creación original de la FCE y en México no se han hecho
antes este tipo de desarrollos con un diseño tan original; el sistema integra
todas las señales en tiempo real, tiene una interfaz amigable con el usuario e
incluye software para traducir dichas señales en información procesable por
computadora, que permite visualizar gráficamente los resultados del desempeño
del biodigestor, resultando una gran contribución para el sector.
El académico,
quien es doctor en Ingeniería de la Energía por el Instituto de Energías
Renovables de la UNAM, subrayó que hasta ahora los biorreactores han funcionado
como cajas negras, en las que el usuario no tiene conocimiento acerca de qué es
lo que sucede dentro de estas, sólo en términos generales. “Con la ayuda de
este sistema de monitoreo será posible determinar en tiempo real las
condiciones de operación y controlar las variables críticas que permitirán
optimizar su funcionamiento, aumentar su productividad y disminuir su
ineficiencia”.
Afirmó que
los resultados y conclusiones que deriven de esta investigación permitirán
avanzar en otras etapas que podrían integrar nuevos subsistemas, “al analizar
la operación y los diferentes comportamientos ante cada experimento es posible
probar nuevas variantes e hipótesis sobre la operación del biodigestor, de lo
cual se derivarán conclusiones para implementar mejoras”.
Asimismo, se
tramitará la solicitud del prototipo experimental del sistema de monitoreo
electrónico; aunado a esto se presentarán los avances de este trabajo en
congresos a nivel nacional y en publicaciones internacionales.
Manejo de
residuos e importancia de los biodigestores
El doctor
Vázquez Perales dio a conocer que los residuos que tienen un mejor potencial
para producir biogás son las excretas, especialmente de ganado vacuno y
porcino; en México existe una gran cantidad de biodigestores y hay muchísima
ganadería, tanto de mediana como de gran escala, por lo que existe un potencial
significativo para producir biogás y así evitar que las heces de los animales
contaminen el agua, el suelo y la atmósfera.
Los residuos
orgánicos de la ganadería y del sector pecuario en muchas ocasiones son
utilizados como abono, pero no existe un buen manejo de los estiércoles y en la
mayoría de los casos estos se gasifican a la atmósfera, se infiltran al suelo
por medio de la lluvia o fluyen por la escorrentía, lo que hace que se
contaminen los acuíferos, los cuerpos superficiales de agua.
El biogás
obtenido contiene algunas cantidades significativas de CO2, metano y ácido
sulfhídrico, entre otros, por lo que no se considera un gas natural; sin
embargo, cuenta con las características para usarse en combustiones en el medio
rural o para necesidades básicas, como calentar agua, y si este se filtra puede
llegar a ser de muy buena calidad e incluso utilizarse como gas para un
motogenerador y así producir electricidad, siempre y cuando se cuente con
suficiente materia prima para generar gas en cantidades considerables.
Desde hace
muchos años, en México se han utilizado los biodigestores como alternativa para
obtener biogás; sin embargo, la mayoría opera sin condiciones óptimas,
perdiendo productividad y la posibilidad de generar beneficios cuantiosos.
Por fuera, un
biodigestor se ve como un tanque o una bolsa que encierra los residuos que se
degradan y se convierten en gas, pero es mucho más que eso, adentro suceden
importantes reacciones bioquímicas que requieren condiciones óptimas para
biotransformar los residuos en gas.
La ciencia y la tecnología han develado que diversos microorganismos participan generando reacciones bioquímicas en cadena por etapas, hasta que se obtienen un producto gaseoso y otro líquido, conocido como biol, que es un excelente biofertilizante para la producción agrícola.
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