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De despensas, ventiladores y gatopardismo


Retórica

Alberto Rocha Vázquez

De despensas, ventiladores y gatopardismo

¿Pues no que se habían acabado los privilegios?

¿Qué la corrupción sería cosa del pasado?

Cuando el ahora presidente de la república, Andrés Manuel López Obrador, estaba en campaña, gritaba hasta casi desgañotarse, que todos los privilegios y corruptelas de la “mafia del poder” serían cosa del pasado. Y lo decía con tanto coraje, que muchos le creyeron.

Así se dio en cascada, todos los entonces candidatos a un cargo de elección juraban y perjuraban que ahora sí se había santificado la política, que habría abundancia y que hasta el más chimuelo mascaría fierros.

Y ahora, a escaso tiempo de aquellas promesas vanas, salen cada vez más a flote casos de corrupción de gobiernos de MORENA, pero ahora con un cinismo que –ese sí- da coraje, pues creen que todos los mexicanos no sabemos pensar.

Cuando AMLO decía que finalmente se acabarían las licitaciones amañadas, jamás nos imaginamos que sería peor que eso, porque ahora –en efecto- ya no se licitan la mayoría de obras y contratos de productos o servicios, simplemente se otorgan de manera directa a amigos, compadres y familiares de la cúpula política.

Casos como las microdespensas de Claudia Rivera, tema que pedimos no sea solo un “calentón” político del góber Barbosa, sino que se investigue a fondo, pues no se vale que en estos tiempos tan difíciles para la mayoría de las familias, la alcaldesa y su hermana quieran hacer un negocio, creyendo que nadie se daría cuenta.

Lo mismo con el hijo de Manuel Bartlett, aquel junior que lo único que se le ocurrió decir en su defensa es que en la CDMX se habían comprado ventiladores respiradores a casi el doble de lo que él le vendió a los hidalguenses. Es decir, cuatro veces más del valor real, pues León Bartlett vendió al doble.

Esos deberían ser temas que estuvieran en el anecdotario de la clase política, pero no es así, pues son peores, ya que casi besan la cruz para que les crean que son buenos, que quienes los critican son los malos y quienes les aplauden como focas –por unos cuantos pesos- son los “profesionales”.

Otro claro ejemplo, fue lo que dijo López Obrador, que cuando Javier Alatorre, conductor de TV Azteca pidió no hacerle caso al Doctor Hugo López-Gatell, fue un error y que no pasaba nada, no obstante que es el empleado de uno de los empresarios consentidos del actual gobierno, que tiene un contrato millonario de publicidad oficial de la presidencia de la república; pero si critica el diario Reforma temas como el del hijo de Bartlett, entonces es una “campaña negra” de sus adversarios políticos. Es lo mismo, todo cambio para que todo siga igual, o peor.

No la chiflen que es cantada.

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