La doble moral política
Retórica
Alberto Rocha Vázquez
En todas las clases sociales y en la clase política, cada vez son más los personajes que utilizan de manera magistral lo que se llama “doble moral”.
Ese tipo de personas, son sumamente hábiles para lanzar la piedra y esconder la mano, creen que tienen la verdad absoluta y que el resto de los mortales vive en el error, la peor parte es que critican a todo pulmón en otros, los que ellos mismos hacen a la vista de todos.
Todo este preámbulo es para preguntarles a los diputados federales de Morena, que serán mayoría en el Congreso de la Unión y que hace unos días en la sesión general gritaron “Es un honor estar con Obrador”, ¿Qué decían cuando la aplanadora priista daba visos de estar bajo las órdenes del presidente de la república en turno?
Por lo que se sabe, la mayoría de los mexicanos que votó el pasado 1 de julio le entregó su sufragio a Andrés Manuel López Obrador, por el hartazgo que tenían los ciudadanos de ver precisamente que en nuestro país no existe y al parecer así seguirá, la separación de poderes.
De tal forma que cuando se escuchó que retumbaban las paredes del recinto legislativo, inclinándose ante el Poder Ejecutivo, se dejó entrever que la situación política de México no cambiará al menos en el corto plazo.
Se debe superar esa doble moral, misma que sigue permeando entre la sociedad, de ahí que –a la par de la falta de confianza en las autoridades de todos los niveles de gobierno- algunos se sienten con el poder de castigar y hasta de matar a quienes incurren en algún delito, y en el peor de los casos torturando y asesinando a personas inocentes, como sucedió en el municipio de Acatlán de Osorio.
Los casos de doble moral o falsa moral son cada vez más recurrentes, incluso entre religiosos, pues es un arma que difícilmente los ciudadanos desinformados pueden distinguir, al dejarse llevar solo por una buena cara, ropa de marca, un vehículo de lujo, una residencia o un discurso que contenga palabras que endulcen el oído.
Todos conocemos a alguien que juzga sin conocer a detalle la situación, y en política abundan esos personajes que han juzgado por años al corrupto sistema en que vivimos y ahora están haciendo prácticamente lo mismo o más.
Debemos exigir a las entrantes autoridades municipales, estatales y nacionales, así como a los próximos representantes ante los congresos locales y federal, que fueron votados para cambiar para bien el rumbo del país, que sean serios y no se conviertan en todo lo que dicen odiar.
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