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Cuanto más grande es un animal, más cazado es por humanos


De hecho, un análisis de más de 27.000 especies de vertebrados muestra que aquellas con mayor masa corporal pueden tener hasta un 1.000% más posibilidades de estar en peligro de extinción. El estudio, sin embargo, desvela que las más pequeñas tampoco se libran, pero, en su caso, la principal amenaza es el deterioro de su hábitat. De seguir así, los ecosistemas del futuro podrían estar dominados por la clase media de los animales.

Científicos de varias universidades han revisado la situación de 27.647 especies de vertebrados de las más de 44.000 que tiene catalogadas la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). El 17% de ellas se encuentran actualmente amenazadas. Aunque esta amenaza no se reparte por igual entre todas: encontraron que existe una relación entre la masa corporal de una especie y su situación en el catálogo de la UICN. Además, según se trate de una especie grande o pequeña, el tipo de amenaza es diferente.

"Para las especies grandes, la captura por parte de los humanos es lo que más determina el riesgo de extinción", dice el ecólogo de la Universidad Estatal de Oregón y principal autor del estudio, William Ripple. Esta captura tiene mil caras: la pesca tanto legal como ilegal, la caza de subsistencia, la de trofeos, la falsamente medicinal o el simple exterminio de un rival por los recursos.

El 90% de las especies grandes que se encuentran en la lista de la UICN en peligro de extinción están amenazadas directamente por alguna de estas formas de acoso humano. Por clases de vertebrados, el efecto es más fuerte para mamíferos y aves. Para los primeros, un aumento de su masa de un orden de magnitud eleva el riesgo de estar en peligro de extinción en un 1.021%. Para las segundas, este incremento de la amenaza llega hasta el 841%.

Aunque existen muchos y variados esfuerzos para conservar a los grandes mamíferos más amenazados, no sucede lo mismo con la mayoría de las especies de las otras clases de vertebrados. Algunos ejemplos significativos son el grupo de los tiburones, en especial los ballena y los martillo, el avestruz somalí, el dragón de Komodo o la salamandra china gigante.

"Para las especies pequeñas, la degradación del hábitat es la principal causa de riesgo de extinción", comenta Ripple, un ecólogo especializado en la cadena trófica de los ecosistemas y el papel que juegan las distintas especies en ella. Este deterioro del hábitat puede deberse a la deforestación, la contaminación, el avance de la agricultura y la urbanización o las especies invasoras, entre otros. Se trata también de amenazas provocadas principalmente por los humanos, aunque su impacto no sea tan directo como el de un rifle.

Entre los vertebrados minúsculos más amenazados, los autores de la investigación citan al murciélago moscardón (de apenas dos gramos de peso), el colibrí ventrizafiro o el geco gris. En términos generales, las especies por debajo de las tres onzas (menos de 80 gramos) son las más expuestas a la alteración de su hábitat.

El estudio, publicado en la revista PNAS, permite establecer una especie de peso ideal en el que las especies parecen esquivar mejor la amenaza de la extinción. La media para todos los vertebrados analizados es de 35 gramos. Por clases, este punto de ruptura varía. Para los anfibios, por ejemplo, no supera los 43 gramos, mientras que para los peces óseos se eleva hasta los 3,68 kg. Para los autores del estudio, el hecho de que tanto la cúspide como la base de los ecosistemas estén amenazados y por distintas amenazas comprometerá su funcionamiento.

Con información de El País





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