Del mar llegaron (1ra Parte)
Desde la Roma del Anáhuac
Por: Guillermo Alfredo Toxqui Vega
memotoxquivega@gmail.com.
Desde hace 500 años los pobladores de Anáhuac hemos sido tratados como extranjeros en nuestra patria, los nacidos en el territorio nacional nos hemos resignado "cristianamente" a ser tratados como ajenos a los asuntos nacionales de nuestro propio territorio. Los invasores venidos de tierras extrañas "han hecho y deshecho" en nuestro vivir social, en nuestro vivir político, en nuestro vivir económico, en nuestro vivir familiar y en nuestro vivir educativo. Nos hemos dejado mangonear por los extranjeros.
Resulta fácil darse cuenta en qué momento de nuestra historia patria empezó este mangoneo, no es muy difícil conocer en qué recodo del camino fue que "perdimos la brújula": precisamente en el momento de concluir nuestro Quinto Sol Tolteca. De acuerdo a nuestra cosmopercepción tolteca, en ese gran hito histórico, había llegado el momento de destruir todo lo visible. A los invasores les correspondió realizar la tarea a la que convocó nuestro abuelo Cuauhtémoc en un elocuente mensaje.
A nuestros abuelos anahuacas les tocó ver cómo se destruía nuestro entorno original, cómo emergía un nuevo entorno con apariencia europea.
A nuestros abuelos les correspondió construir, bajo las órdenes de los recién llegados, todas las edificaciones que pensaron invasores españoles: casas, edificios, iglesias, catedrales, conventos, hospitales, escuelas, calles, puentes, caminos, todo cambió, todo dejó de ser Anahuaca para volverse español, todo excepto los corazones de los anahuacas.
Resulta muy difícil de imaginar siquiera el inmenso dolor de los anahuacas que vivieron este proceso de destrucción del esfuerzo de tantos anahuacas a lo largo del Quinto Sol Tolteca, los 676 años de trabajos fueron borrados de manera implacable, los invasores querían destruir toda huella de nuestra civilización, la calificaron de demoníaca, de equivocada, de ir en contra de "su dios", las peores atrocidades fueron cometidas siempre en el nombre de dios".
Poco quedó en pie, muy poco.
Así fue generándose el sentimiento de derrota que caracteriza a los pobladores de nuestra patria, llámense novohispanos o mexicanos. Vivimos en un país que no es nuestro.
Nuestros corazones viven arrimados en un entorno que es ajeno. Vivimos derrotados en nuestra propia tierra madre. Nuestra autoestima anda por los suelos. Es más, podemos decir que anda "debajo del suelo". Durante cerca de 500 años, los pobladores del territorio de Anáhuac nacemos derrotados.
Como nacemos derrotados, vivimos derrotados y morimos derrotados.
La depresión es el sentimiento más frecuente en nosotros. Vivimos huyendo de nuestra realidad personal, nuestro entorno nos resulta agobiante, buscamos todo tipo de actividades escapistas.
Los jóvenes viven transfugándose de su entorno, huyendo de cualquier compromiso, escapando de su familia, de sus amigos, de sus compañeros, de sus vecinos. El sexo es un aliviane de corta duración, nada es para siempre.
REFLEXION SOCIAL: La vida cobra sentido cuando se hace de ella una aspiración, a no renunciar a nada.
JOSE ORTEGA Y GASSET.
CHOLULA NO TE OLVIDA…………
HAGAMOS LA JORNADA.
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