¿No te gusta la cemita con pápalo? En la BUAP encontraron que extractos de pápalo y pipicha inhiben crecimiento de bacterias patógenas
Además, investigadoras de la Máxima Casa de Estudios sintetizaron nanopartículas de oro recubiertas con estos extractos.
Uno de los
principales problemas de salud en el mundo es la resistencia de los
microorganismos a los medicamentos. Por ello, es necesario buscar soluciones
que permitan inhibir su desarrollo; una opción es el uso de plantas para
prevenir o tratar enfermedades. Es así como en la Facultad de Ciencias
Biológicas (FCB) de la BUAP se evalúa la actividad de extractos de hojas de
pápalo y pipicha para hacer frente al crecimiento de cepas patógenas, como
Escherichia coli, Staphylococcus aureus, Klebsiella pneumoniae y Enterococcus
faecalis, las cuatro de mayor importancia clínica.
Este trabajo
fue realizado por la doctora Rocío Pérez y Terrón, investigadora de la FCB, y
Alma Rosa Rodríguez López, egresada de la Maestría en Ciencias Biológicas de la
BUAP. Además, en este proyecto colabora el doctor Marlon Brandon Rojas López,
del Instituto Politécnico Nacional.
Porophyllum
ruderale (Jacq.) Cass y Porophyllum linaria (Cav.) DC, comúnmente conocidas
como pápalo y pipicha, respectivamente, son utilizadas en la preparación de
alimentos. Tienen propiedades diuréticas, analgésicas y antiinflamatorias, por
la presencia de principios activos o metabolitos secundarios, como alcaloides,
saponinas y terpenos, los cuales pueden funcionar como precursores de nuevos
fármacos.
En los
ensayos clínicos para evaluar la actividad antimicrobiana de dichos extractos
puros, Rodríguez López detalló que se observó una mayor inhibición de las
especies bacterianas de Staphylococcus aureus y Enterococcus faecalis.
Para
potenciar el efecto de los extractos vegetales se sintetizaron nanopartículas
de oro recubiertas con el potencial activo de estas hierbas. Estos materiales
son usados como vehículos de administración de fármacos hasta el sitio de
acción. “Si el extracto actúa en 24 horas, la nanopartícula potencia el efecto
de actuación; es decir, en un tiempo menor y con un efecto mayor”, destacó.
En las
pruebas de laboratorio se registró que las nanopartículas redujeron mayormente
el crecimiento de E. coli con P. linaria (pipicha) y a S. aureus con P.
ruderale (pápalo). “Por ejemplo, las nanopartículas recubiertas con extracto de
pipicha disminuyeron en 90 por ciento el desarrollo de E. coli, lo cual
confirma que tienen una funcionalidad óptima”, expuso Rodríguez López.
Rocío Pérez y
Terrón, doctora en Biotecnología por el Instituto Politécnico Nacional, comentó
que el objetivo de usar nanopartículas es disponer de más superficie a la que
se adhieran los principios activos, para impedir el crecimiento de los
microorganismos. “La idea es utilizar como soporte nanopartículas de oro, las
cuales las unimos químicamente al recubrirlas con el extracto de la planta”.
En los
experimentos con extractos puros y las nanopartículas de oro recubiertas, las
investigadoras comprobaron que ambas especies vegetales -pápalo y pipicha-
disponen de diversos metabolitos secundarios que participan en la actividad
antimicrobiana.
Desde tiempos remotos el hombre ha utilizado a las plantas como materia prima de la medicina tradicional, pero la aparición de medicamentos sustituyó su consumo. No obstante, esta práctica ancestral cobra auge. La Organización Mundial de la Salud reportó que en 2012 casi la mitad de la población en países industrializados usó de manera regular alguna forma de medicina tradicional y complementaria.
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