Contribuye la BUAP a disminuir resistencia a los antibióticos en hospitales de Puebla
Gracias a las investigaciones de la doctora Patricia Lozano Zaraín del Laboratorio de Microbiología Hospitalaria y de la Comunidad.
La
Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que en 2050 la resistencia
bacteriana ocasionará 10 millones de muertes. Para hacer frente a esta
problemática se creó el Plan de Acción Mundial sobre la Resistencia a los
Antimicrobianos, el cual promueve redes de investigación en laboratorios
especializados para analizar cepas y optimizar el uso de antibióticos. En esta
línea trabaja la doctora Patricia Lozano Zaraín, del Laboratorio de
Microbiología Hospitalaria y de la Comunidad, del Instituto de Ciencias de la
BUAP (ICUAP).
A nivel
internacional, la resistencia a los antibióticos es un problema grave, debido a
que su eficacia se reduce cada vez más. Esta situación impacta de manera
particular a los hospitales, sobre todo porque los pacientes internados están
inmunocomprometidos, además de tener sondas, sueros y otros equipos invasivos
que aumentan el riesgo.
Lozano Zaraín
explicó que la resistencia crece por el uso inadecuado de antimicrobianos y la
falta de estudios epidemiológicos, lo que impide contener su diseminación,
sobre todo en hospitales. Además, a la industria farmacéutica en México le
conviene más comercializar medicamentos de uso continuo, que antibióticos,
porque son costosos, tardan en salir al mercado y cuando esto ocurre las
bacterias ya generaron mayor fortaleza.
Detalló que
este proceso ocurre porque las bacterias tienen la capacidad de mutar, ya que
sus mecanismos de supervivencia son variados y evolucionan; por ejemplo, pueden
cambiar su estructura para no deja entrar al antibiótico o modificar
aminoácidos donde actúa el medicamento; también, adquirir genes como las
enzimas que hidrolizan el antibiótico.
“Esas enzimas
─que las obtienen a través de un gen que viene en elementos móviles o
movilizables, y que pueden ser integrones, transposones y plásmidos─, las
adquieren las bacterias y ese mismo gen puede mutar, de tal forma que si
expresaba una proteína que hidrolizaba tres antibióticos, modificada actúa
sobre cuatro antibióticos o más; es decir, se vuelven más resistentes”, indicó.
Información
para un tratamiento adecuado
En cada
lugar, las bacterias y sus mecanismos de resistencia son diferentes; de aquí la
importancia de estudiarlas. Como parte de su labor, el equipo de la doctora
Lozano Zaraín primero conoce cuáles son los genes de resistencia o mutaciones
de las bacterias que circulan en los hospitales y después estudian plásmidos,
integrones o transposones para determinar el tipo de diseminación.
“El último
hallazgo registrado es que determinadas bacterias cuando entran en contacto con
el antibiótico secretan microvesículas; es decir, la membrana que las cubre
genera una especie de bolita donde lleva genes de resistencia o la misma
proteína para protegerse a sí misma y a otras que están cerca, porque esas
microvesículas degradan el medicamento”.
Los
resultados son reportados a los hospitales solicitantes del estudio, pero
también sirven para alimentar la base de datos internacional en Bank-NCBI,
donde se registran los nuevos genes encontrados.
De esta
forma, el Laboratorio de Microbiología Hospitalaria y de la Comunidad, del
Centro de Investigaciones en Ciencias Microbiológicas del ICUAP, ha colaborado
con diversos nosocomios públicos, con una mayor concentración de pacientes −más
de 50 camas─. Este trabajo facilita la actualización del personal, evita la
diseminación de bacterias y promueve la capacitación de recursos humanos en
investigación científica.
Refirió que
con ayuda del doctor José Luis Gálvez Romero y la química Guadalupe Jiménez
obtienen bacterias de estos centros de salud para su estudio. Al proporcionar
esa información, los médicos pueden indicar a sus pacientes medicamentos más
eficaces y dirigidos al microorganismo causante de la infección.
Un servicio
abierto y gratuito
La
investigadora comentó que por ética, los hospitales son los encargados de
aislar las bacterias de sus pacientes, las cuales toman de sus muestras
rutinarias. Luego identifican los microorganismos, para enviarlos al
laboratorio de la doctora Lozano Zaraín, todo bajo un estricto protocolo de
control que incluye una cadena de custodia del microorganismo.
En el
laboratorio universitario se vuelve a hacer el fenotipo de resistencia con más
antibióticos y así inicia la búsqueda de nuevos mecanismos de sobrevivencia de
las bacterias, tanto bioquímicos como moleculares y estructurales, a fin de
obtener resultados que se reportan a los comités de control de infecciones y de
antibióticos del hospital, una labor que es posible con recursos de la
Vicerrectoría de Investigación y Estudios de Posgrado, así como del Conahcyt.
“Si se
acercan a la universidad y solicitan el análisis de sus bacterias o brotes, no
se cobra. Lo que hacemos permite formar a estudiantes, quienes participan en
congresos nacionales de manera destacada; además se genera conocimiento
internacional sobre lo que está pasando en Puebla en la materia”.
Refirió que
este año la alumna de doctorado en Microbiología, Jessica Gómez Martínez,
obtuvo el segundo lugar del Premio Nacional de Investigación Clínica en
Resistencia Antimicrobiana, con el trabajo: “Comparative genomics of
Pseudomonas aeruginosa strains isolated from different ecological niches”,
otorgado por la Universidad Nacional Autónoma de México, la Coordinación de la
Investigación Científica y el Programa Universitario de Investigación sobre
Riesgos Epidemiológicos y Emergentes, lo que demuestra el impacto del trabajo
que realizan.
Así, además de estudiar la resistencia y virulencia en microorganismos causantes de infecciones nosocomiales, Lozano Zaraín contribuye a la preparación de alumnos de las licenciaturas en Biomedicina, Ciencias Químicas y Biología, así como de la maestría y el doctorado en Microbiología.
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