Las formas mexicanas de decir no
SIN LÍMITES
Las formas
mexicanas de decir no
Por Raúl
Torres Salmerón
Los mexicanos
tienen muchas formas de decir no, sin decirlo. No son muy directos, les gusta
darle la vuelta a todo, no hay mucha cultura en la forma de decir un no
tajante, como sucede en España o en otros países.
Georgina
Barraza Carbajal lo explica: En los mexicanos está ligado a un asunto
psicológico porque no nos sentimos capaces de tomar la última decisión, de
tener el poder sobre la relación con otra persona.
Barraza es
Doctora en Lingüística y Gramática de la Academia Mexicana de la Lengua;
Licenciada en Lengua y Literaturas Hispánicas, Maestra en Lingüística Hispánica
y Doctora en Lingüística por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM);
Maestra en Lexicografía Hispánica por la Real Academia Española y la Asociación
de Academias de la Lengua Española.
Estas son
algunas de sus consideraciones sobre el no decir no, que ha dicho la experta en
entrevistas y estudios que se han publicado en diarios nacionales y
extranjeros, incluido El País:
-Esas dos
letras son casi imposibles de pronunciar para los mexicanos, sobre todo si
alguien les pide algo. No es una palabra que expresa una rotunda negación y que
no deja abierta ninguna posibilidad.
-Las
respuestas son evasivas: Yo te aviso. Lo reviso con calma. Yo te marco después.
Déjame pensarlo. Estamos en contacto. Estoy ocupado. Tengo un compromiso.
Probablemente. Ya veremos. Déjame ver mi agenda. Las anteriores son algunas de
las fórmulas clásicas para expresar una negativa indirecta.
-En otros
casos la respuesta inmediata, para salir del paso es afirmativa. Si claro,
aunque después no se cumpla.
-Y por qué
no, usar diminutivos para extender la negativa hasta el infinito: Ahorita lo
reviso. Te llamo en un ratito. Y claro, la cortesía también incluye un gracias
al inicio, pero que en muchos casos suele ser una negación a una oferta.
-En su libro
Anatomía del mexicano, el sociólogo Roger Bartra señala que a los indígenas
sometidos por los españoles no se les permitía decir que no. Esa costumbre
prevalece a 500 años de la caída de México-Tenochtitlan. El enfrentamiento es
algo que los mexicanos rechazan y tiene que ver con la historia.
OPINA OTRO
ACADÉMICO
Por su parte,
el académico Arturo Hernández Bravo, Licenciado en Lengua y Literaturas
Hispánicas, egresado de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, también
opina:
-Como se
trata de negar, existen numerosos recursos para darle la vuelta al asunto. Le
tenemos tanto rechazo al no, que usamos formas opuestas, como empezar diciendo
que sí.
-Usamos
frases como: Me encantaría verte, pero no tengo tiempo y además damos explicaciones
para justificar la negativa: Me doy una vuelta. Déjame preguntar y lo vemos. En
esas ando. Se trata de frases que, dependiendo del contexto, también son otras
formas que tienen un no por detrás.
-Dame
oportunidad de verlo y te regreso la llamada. Me encantaría, pero… Son otras
frases frecuentemente usadas para alargar la situación sin rechazar la
oferta.
-Explicaciones
sobran, pero la pandemia del Covid-19 ha dado un nuevo motivo a los mexicanos
para aplazar o negarse a planes. La respuesta es automática: Cuando pase la
pandemia.
-El uso
extendido de medios electrónicos por la contingencia sanitaria ha planteado una
nueva forma de comunicación y otras frases: No pude hablarte porque se cayó mi
internet. Mi cámara no sirve. Se trabó la computadora.
-Son las
negativas ambiguas en línea de los confinados o medio confinados.
En fin, como
dice la famosa canción el Son de la Negra:
Negrita de
mis pesares,
ojos de papel
volando,
negrita de
mis pesares,
ojos de papel
volando.
A todos diles
que sí,
pero no les
digas cuando,
así me
dijiste a mí,
por eso vivo
penando.
raultorress@hotmail.com
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