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El autoritarismo “fifí” de Barbosa


Retórica

Alberto Rocha Vázquez

El autoritarismo “fifí” de Barbosa

Fue Presidente de la Mesa Directiva del Senado de la República para el Tercer Año de Ejercicio de la LXII Legislatura, del 1 de septiembre de 2014 al 31 de agosto de 2015, además de muchos otros cargos de gran relevancia a nivel nacional.

Por mucho tiempo ha estado muy cerca del primer círculo político, pero esa experiencia no se ha visto reflejada en su incipiente gobierno, ni siquiera en su actuar –personal- como mandatario.

No se percibe ese tacto político que se desarrolla con los años, por el contrario; pareciera que jamás conoció, convivió o hizo política con Adolfo González Zamora “el loquito” o José Guadalupe Sánchez “Lupillo”, es decir, se parece más a Rafael Moreno Valle, pero hay que recordar que el ex gobernador fue fifí, burgués, autoritario porque –como junior- siempre hizo lo que se le pegara la gana.

Tal vez sea cierta esa máxima que los políticos -sobre todo de “izquierda”- se convierten en todo lo que odian. Ya que Barbosa odia u odió a Moreno Valle, a quien siempre critico y fue criticado por su arrogancia y falta de dialogo, ahora nuestro mandatario lo repite.

Eso es lo más criticable sobre la llamada “Ley Barbosa”, una ley de educación del estado sin consensos, ni con los dueños de las universidades privadas, tampoco con los padres de familia y alumnos.

Alguien pensante, hubiera hecho foros para conocer la opinión de todos los involucrados, se hubiera basado en estudios y análisis de expertos en la materia. Pero esa soberbia y arrogancia de Barbosa lo llevó a sacarse de la manga una ley que a todas luces atenta contra el patrimonio particular.

Todo por –al parecer- un capricho, por un posible revanchismo, por un odio a las instituciones privadas, posiblemente derivado de sus estudios truncos y de su humilde origen que puede no haya superado.

Tal vez siempre quiso ir a una universidad privada y no pudo, tal vez sea porque no vio el apoyo en campaña del consorcio universitario como hubiera querido, o tal vez sea un distractor porque ha dado muchas señales de querer ir tras la BUAP para arrebatarle su autonomía´.

Hasta el momento son las razones más lógicas, porque no tiene sentido pretender imponer una ley, que hasta gente de su mismo partido MORENA ha denostado, una ley que atenta contra los derechos constitucionales y sobre todo que para aprobarla dejó en claro que no existe una separación de poderes en Puebla, quedó claro que la mayoría de los legisladores locales son títeres del ejecutivo.

¿Hasta donde llegará y llevará al gobernador dicha arrogancia y soberbia?

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