Traición por perdón
Retórica
Alberto Rocha Vázquez
La llegada o suma de morenovallistas a la campaña de Miguel Barbosa Huerta, tiene como único objetivo obtener el perdón.
Así, de ese tamaño es el miedo de quienes bajo el amparo del poder hicieron fortunas insospechadas.
Traición por perdón, pues es mejor dejar al grupo que desapareció de la noche a la mañana, ya que sin un congreso local a modo, ¿Quién les ayudará a aprobar sus cuentas públicas?
Casos son muchos, pero uno en particular cobra relevancia porque antes de ser morenovallista fue priista, partido al que traicionó por no haber sido candidato a la alcaldía de Huejotzingo.
En efecto, el traidor se llama Carlos Morales Alvarez, ex presidente municipal que ahora es señalado por haber ejecutado obras con costos sumamente inflados y con materiales de pésima calidad.
El mismo que al haber quedado huérfano –políticamente hablando- al perder la vida Rafael Moreno Valle y Martha Erika Alonso, tuvo que arrodillarse ante el cuasi Gobernador del Estado, Miguel Barbosa Huerta, para no ser perseguido y encarcelado.
Ese es el precio que tienen que pagar quienes se enriquecieron con dinero del pueblo y que no quieren ser juzgados por el próximo titular del Poder Ejecutivo.
Aunque, queda una ligera esperanza en los habitantes de Huejotzingo, que la Auditoría Superior del Estado lo investigue y de encontrar anomalías -que juran son demasiadas- sea juzgado conforme a la ley.
Confiemos que el entrante gobierno, sin llegar a una cacería de brujas, haga su trabajo por el bien de todos los poblanos y castigue a quienes tengan que ser castigados, que no por fuero o componendas políticas queden impunes delitos graves como el desvío de recursos y enriquecimiento inexplicable.
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