El enorme reto de Genoveva

Retórica
Alberto Rocha Vázquez

Con su nombramiento como presidenta del Comité Directivo Estatal del PAN poblano, Genoveva Huerta tiene un grandísimo reto por delante.

Para nadie es un secreto que el panismo local sufrió la pérdida de importantes plazas, derivado en parte por el efecto AMLO y otro tanto por el rechazo de miles de poblanos por las evidentes corruptelas en varios ayuntamientos que gobernaban.

De ahí el reto de reagrupar al albiazul desde abajo, castigando a quien tenga que castigar y no protegiendo a esos ex ediles que se encargaron de "quemar" en muy poco tiempo la marca PAN.

Casos hay muchos, pero uno particularmente se puede señalar como un claro ejemplo de corrupción y cacicazgo, con Filomeno Sarmiento Torres y su lacayo Félix Casiano Tlahque.

Estos personajes, pero principalmente Filo, restaron cientos de miles de votos para la causa panista, con su cinismo y prepotencia, sintiéndose protegidos e intocables.

Se sabe que el caso de desvío de recursos puede llegar hasta instancias nacionales, pues están involucrados recursos federales.

Por eso la ex diputada federal debe mostrar congruencia y no defender lo indefendible, sino dar un golpe en la mesa y enviar una clara señal de cero tolerancia a la corrupción.

Debe, además, poner a trabajar de verdad a los comités municipales, los cuales sólo son membretes, sin ningún tipo de trabajo político, ante la supuesta falta de recursos.

Si el PAN poblano quiere recuperar los espacios perdidos, tiene que actuar y no simular; debe transparentar las prerrogativas que recibe de la autoridad electoral y dejar atrás la arrogancia. Sumar y no restar.