Claudia Rivera no rompe un plato
Retórica
Alberto Rocha Vázquez
Si la mayoría de ciudadanos ven o leen las declaraciones de la alcaldesa de Puebla, Claudia Rivera Vivanco, podrían pensar en primera instancia que no rompe un plato, como dirían algunas abuelas.
La imagen de la Morenista es sin duda de una persona bonachona, tal vez sin experiencia pero si con ganas de -como lo dice ella misma- romper paradigmas.
Lo grave del asunto es que solo es una imagen que proyecta en términos generales, tan es así, que incluso muchos medios de comunicación se están autocensurando, al no cuestionar un poco más sus contradictorias acciones.
Muchos medios se están yendo con ese discurso divagante, que habla mucho pero al final no dice nada, solo excusas.
Así se la está llevando Rivera Vivanco, nadando de muertito, mientras que la inseguridad sigue creciendo, el ambulantaje y ahora los contratos dudosos.
Como es el contrato de Milenium, empresa tapatía que fue denunciada -de entre otras empresas- por parte de una diputada de Morena, por ser parte de un jugoso negocio de ex gobernadores cuando eran del PRD.
Pero ya encaminada la presidenta, ya ni siquiera sale personalmente a aclarar tan severos señalamientos, solo envía a sus corifeos a decir, en pocas palabras, que la "empresa" sigue presentando sus respectivas declaraciones provisionales y con eso es más que suficiente.
Si analizamos un poco el método de Claudia Rivera, el victimizarse y hablar sin mucho sentido le ha resultado, pues su imagen es de una mujer sencilla, sin malicias y con ganas de trabajar.
Cuando la realidad es totalmente distinta, ya que contrario a lo que ha gritado a los cuatro vientos, que su gobierno será austero, incorruptible, eficaz y diferente a los demás, se está percibiendo a todas luces que será más de lo mismo o tantito peor.
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