El PRI, de mal en peor

Retórica
Alberto Rocha Vázquez

Con la renuncia de Iván Galindo Castillejos a la coordinación Estatal de Regidores de Oposición del PRI, queda más que claro que el ex partidazo sigue sin rumbo.

Y aún con tan tremendas señales, todavía algunos ilusos insisten que el revolucionario podría retornar al poder en el 2018. Lo cierto es que no se ve de qué forma podría conseguirlo.

La cruda verdad es que el PRI se va quedando cada vez más solo, con sus “dirigentes” alejados de las bases, sumergidos en sus increíbles egos que los mantienen en la ceguera total.

El dirigente estatal del tricolor, Jorge Estefan Chidiac, más parece una figura de ornato que el líder de un partido de oposición.

De ahí la renuncia del regidor de Puebla, quien ha dado una muestra de auténtica congruencia política, por lo que optó por abandonar un cargo que, dicho sea de paso, no le generaba ningún recurso económico.

Pero más allá de lo económico, habría que preguntarse si el cargo que ostentaba Iván Galindo se vio reforzado por el propio comité estatal del PRI, pues está visto que en los municipios en donde el expartidazo es oposición, sus regidores no dicen ni pio.

Se sabe, que la mayoría de regidores de extracción priista que llegaron al cargo por representación proporcional, no están representando a los priistas que votaron por su partido.

Por el contrario, apoyan y avalan todas las acciones de sus ediles con aparentes beneficios económicos, aunque muchas de las veces son cuestionadas por los ciudadanos.

Ese es el panorama del PRI y de los priistas, de un partido en franca decadencia, que no tiene ni pies ni cabeza y que aun así seguirá recibiendo recursos públicos, vía prerrogativas, sin que nadie pueda exigir que transparenten esos gastos que les son entregados por parte del Instituto Nacional Electoral.