El PRI y el Fantasma de la Traición

RETÓRICA

ALBERTO ROCHA VÁZQUEZ

Conforme nos acercamos a la antesala electoral del 2018, en el PRI son cada vez más evidentes las rupturas entre los diferentes grupos que quieren, a como dé lugar, quedarse con la candidatura a gobernador del estado.

Y en ese vaivén de traiciones, Juan Carlos Lastiri y Alberto Jiménez Merino trabajan juntos para llegar a la gubernatura, mientras que Jorge Estefan Chidiac y Blanca Alcalá Ruiz tratan de alcanzar la misma candidatura lograda este año.

De entre esos dos grupos visibles, también está el de Guillermo Deloya, quien se apoya en el ICADEP y en los jóvenes del PRI; mientras que Enrique Doger busca cobijarse en Manlio Fabio Beltrones y decidir para que lado batear.

Y uno más en la larga lista es Fernando Morales, de quien no se ha sabido si se concretó su expulsión del PRI, pero se dice que está comenzando a trabajar con su gente.

En medio de tales luchas intestinas, se ve a un PRI dividido por el fantasma de la traición, por lo que se presagia que llegará aún más fragmentado, debido a la cantidad de aspirantes y proyectos tan diferentes unos de otros.

Lo que deriva en una gran ventaja para el PAN y los partidos de coalición, de ahí que el grupo compacto del gobernador saliente y del gobernador electo, tengan una enorme ventaja al tener una forma de llegar a acuerdos, mucho más aterciopelada e inteligente que los priistas.

Sin duda, otro factor determinante es que son menos los aspirantes del PAN que buscan la candidatura al gobierno del estado, solo Luis Bank, Jorge Aguilar Chedraui y la propia esposa del mandatario estatal, Martha Erika Alonso, son los únicos que, hasta ahora, han sido mencionados de manera reiterada con un altísimo margen de posibilidades para ser sucesores de Tony Gali.

Los tres personajes mencionados, han trabajado en equipo y no hay conflictos entre ellos, por mucho que se tejan historias de supuestas fricciones, lo cierto es que la madurez y capacidad para construir acuerdos, son las mejores herramientas que tienen para que entre ellos salga un candidato fortalecido.

Así, mientras en el equipo de Rafael Moreno Valle y de Tony Gali, preparan una sucesión fina, la división en el PRI ocurre en el peor momento, con líderes perdidos, menos votantes, resentimientos internos y altas traiciones de las que, en unos días presentaré pruebas contundentes.